miércoles, 25 de febrero de 2015

Honor Y Gloria a Baltazar Ojeda Negretti (Aka) Elias.

Honor y Gloria a Baltazar Ojeda Negretti (aka Elías)
Miguel Ángel del Pozo                                       
Alcides la Rosa (aka Tumuzza)                                                                                      

El sábado 6 de septiembre (2014) nos reunimos con la Coordinadora Simón Bolívar (en el marco de la develación de una estatua en honor a Baltazar Ojeda Negretti, Comandante Elías) un grupo de sus familiares, amistades, camaradas y representación del pueblo revolucionario y chavista; entre los presentes se encontraban aquellos que asumieron responsabilidades históricas en la lucha armada en diferentes décadas de la 4ta. República.  
En el ambiente se percibían ideales revolucionarios aún en el marco de que algunas ideas revolucionarias hayan querido imponer la separación de aquellas realidades revolucionarias en etapas del proceso revolucionario de la lucha militante por la liberación de nuestra Patria, Venezuela, porque esa expresión de lealtad, solidaridad, compromiso e ideales imbatibles de actitudes liberadoras y revolucionaria han permanecido y están permanentemente presentes.
Cuando se propone que el proceso de esas etapas en revolución empezaría en aquel hecho histórico de febrero de 1989 podría significar el olvido de aquellos sacrificios personales y familiares que se desarrollarían durante los años arriba mencionados porque han significado y aún están presentes en las cotidianas luchas de nuestros camaradas quienes ofrendaron y están presentes con sus realidades personales en ese valeroso intento por mantener, permanentemente, viva la llama de la revolución permanente de la cual el propio Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, reconocería expresando sus intencionalidades, en algún momento de reflexión personal, incorporarse a la “lucha armada revolucionaria”. Curiosidades de la Historia Contemporánea de Venezuela.
En el marco de aquella “Ley de Pacificación” (Rafael Caldera Rodríguez) algunos de aquellos revolucionarios se verían en la imperiosa necesidad de emigrar  allende nuestras fronteras y entre aquellos emigrantes se encontraría Baltazar, Comandante Elías.
 El ser emigrante es una realidad, asumirlo es otra y mantenerse en los principios revolucionarios guía las cotidianidades de la “esperanza del retorno a la Patria” y mantener el proceso revolucionario de “cambios profundos”. Algunos de los emigrantes revolucionarios se adscribirían a aquellos procesos revolucionarios continental-americanos e internacionales pudiendo colaborar, en el marco de sus aspiraciones personales, en algún momento en aquellos procesos históricos, por ejemplo, de aquella revolución pacífica de Salvador Allende (Chile), en algunas realidades en el Perú (General Juan Velazco Alvarado), en Guatemala, El Salvador, Nicaragua.
Pero nuestra Patria no quedó en el “hombrillo de la revolución continental”. En nuestras realidades se expresaron aquellas dramáticas realidades en Cantaura, El Amparo, Yumare como en otras muchas realidades revolucionarias anónimas  cuando estudiantes, obreros y empleadas, campesinos y universitarios graduados  ofrendaron sus vidas en favor de este largo y tortuoso camino por la independencia total en el inevitable proceso histórico de liberación de nuestra Patria.
No minimizamos aquellas realidades en rebelión de los sucesos del Caracazo cuando el valiente pueblo revolucionario se expresaría contra las realidades socio-económicas venezolanas que imponían tanto la 4ta. República como aquellas políticas diseñadas y comandadas por el FMI y el Banco Mundial.
En aquellas realidades del Caracazo verían a Baltazar Ojeda Negretti (Comandante Elías) aportar sus voluntades revolucionarias recorriendo Caracas a lo largo de su maravilloso valle, de oeste a este, de norte a sur, explorando realidades en La Guaira, Guarenas y Guatire, penetrando las calles de Lídice, La Pastora, 23 de Enero, Catia, Caricuao en permanente angustia revolucionaria buscando y tratando de darle una dirección política a aquella valiente y corajuda protesta del pueblo urbano venezolano.
Las realidades de la Revolución venezolana aún contienen sus “lados oscuros” que deberían expresarse para que la actual y revolucionaria juventud pueda conocer y precisar los tiempos históricos que aún no conocen en todas sus dimensiones. El Comandante Elías junto a otros revolucionarios formarían parte de aquellos aguerridos fundadores del Partido Revolucionario Venezolano (PRV), partido revolucionario en el cual, posteriormente, militaría nuestro Comandante en Jefe, Chávez Frías.
 En aquel año de 1990 habría un conjunto de revolucionarios de aquellas décadas pasadas que se sumarían a conjugarse con el proceso revolucionario que estaba desarrollando Chávez Frías pero que no participarían en aquella rebelión histórica del “4 de febrero”. Aparentemente, la no participación podría haberse castrado por una aparente delación aunque, de ser cierto, se desconoce su veracidad pero aquello no sería un impedimento para que se sumaran a aquellas realidades que se expresarían durante aquel históricos 27 de noviembre  (1992).
Baltazar Ojeda Negretti en el marco de aquellas realidades de 1994, en el marco de una operación militar ofrendaría su propia realidad en vida por la consecución de este proceso revolucionario venezolano. ¿Deberían los bolivarianos, los chavistas, los revolucionarios olvidar a Baltazar Ojeda Negretti? En nuestra consideración, en osada actitud, nos permitimos exponer que desconocer las realidades vividas cuales representaron para el proceso revolucionario venezolano de Ojeda Negretti sería como tratar de desconocer parte de nuestra Historia Contemporánea de Venezuela no solo por la persona de Baltazar sino por todos y todas aquellos revolucionarios que han ofrendado sus vidas y las de sus familiares por querer alcanzar el bienestar de toda la sociedad venezolana mas en estas precisas realidades globales cuando se ciernen sobre nuestra Patria, Venezuela, todas las fuerzas políticas e ideológicas de las derechas nacionales e internacionales en la búsqueda de volver a Miraflores.
 En el marco de nuestras actuales realidades revolucionarias el pueblo venezolano mantiene en el inconsciente la herencia de los “Revolucionarios caídos en combate” que se manifiesta en conciencia revolucionaria cuando esas derechas “pasan la raya roja” como sucedería cuando el pueblo venezolano a nivel nacional salió  a las calles a exigir el regreso de nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías durante aquel “Abril glorioso”.
Baltazar Ojeda Negretti, Elías, fue un ciudadano revolucionario de valores, sin contradicciones en su fuero interno a pesar de las contrariedades que se expusieron en sus caminares acá y allende, verdadero amigo, desprendido, capaz de ofrecer su propia vida por un  o una compañera como podrían expresarlo aquellos quienes lo acompañaron en sus diferentes realidades.
Es de valor exponerlo cuando el propio Comandante Fidel Castro reconocería en la persona de Baltazar Ojeda Negretti como uno de  los comandantes de aquellos años tumultuosos revolucionarios con capacidad de liderazgo. Podemos decir que en Baltazar Ojeda Negretti se expresaba la realidad del hombre nuevo al cual se refería Ernesto Guevara, el Che.  En el marco de esas realidades, el pueblo venezolano no se permitirá olvidar al Elías militante, aquel  cuadro revolucionario siempre comprometido por la causa revolucionaria, ella fuera en Venezuela, en Chile, Perú, Nicaragua, El Salvador, Vietnam, en Palestina inclusive en sus relaciones personales con aquellos afro-americanos que se adscribirían a los Black Panthers (EEUU de América).
Siempre de alguna manera ayudaba y apoyaba y trabajaba con los movimientos revolucionarios del mundo y de eso damos fe quienes lo conocimos y de una u otra manera estuvimos a su lado compartiendo durante esos largos años de lucha. Por eso es que su pueblo, la gente que compartió con él, la gente que siempre lo querrá, estuvo a su lado y le rindió ese humilde y merecido homenaje, en un acto muy sentido y hermoso en un honor, que su pueblo sabe que muy bien, se lo merece, con la develación de un busto en la Cañada del 23 de Enero, barrio popular, combativo, emblemático, con el que el Camarada Baltazar Ojeda Negretti, Comandante Elías, compartió, lucho y amó.
Hablar del Comandante Elías es, en definitiva, referirnos a la auténtica lucha revolucionaria de todos los días, de toda la vida. Es hablar de las y los tantos combatientes presentes y caídos en esa larga, estoica y valiente lucha revolucionaria por la liberación de nuestra Patria, Venezuela.


miércoles, 4 de febrero de 2015

GUERRA AVISADA NO MATA SOLDADO Y SI LO MATA ES POR DESCUIDADO



Así como viejo es el título que encabeza este escrito, así de viejas son las intenciones imperiales de los EE.UU, que nuestro Libertador Simón Bolívar ya vislumbrara proféticamente. A él no lo hubiesen agarrado por ingenuo no obstante, al parecer,  también pagó su precio. Hoy día, ya es por todos conocidos las oscuras apetencias imperiales de los EE.UU con las diferentes invasiones realizadas contra países hermanos en todo el globo terráqueo. Sin embargo hay un país del que particularmente se habla desde principio de los años 70, por el atrevimiento de ese noble pueblo junto a su líder el Dr. Salvador Allende, de intentar una verdadera independencia, aunque esta fuera de manera pacífica y por la vía electoral, pero el imperio no perdona un acto de esta naturaleza.  Y aunque en su hidalguía y con todo el derecho el pueblo chileno y su líder intentaron una revolución pacífica, el enemigo utilizo todos sus medios nefastos de lucha política, de guerra y de terrorismo, en los que son especialistas: huelga de transporte, guerra económica, desabastecimiento, acaparamiento y escasez de alimentos; de verdaderos actos de terrorismos sin importarles la gente que moría (muy similar a lo que se vive hoy en nuestro país), que terminó finalmente en Golpe de Estado y el asesinato en masa de miembros de ese valiente pueblo y de su líder, para que sirviera de ejemplo a otros pueblos de América Latina y del mundo que quisieran intentar ese camino.
Pero hay otro ejemplo muy cercano a nosotros que pareciera que por alguna razón olvidamos o no percibimos como una realidad: la hermana y soberana República de Cuba, Faro de América. En este querido país de apenas 111.000 kms cuadrados y solo a 90 millas del imperio desde un primer momento la lucha contra el enemigo imperial ha sido sangrienta y encarnizada en defensa de su independencia y de hacer respetar su soberanía, aunque tuvo su alto costo (aquí también lo hemos pagado) en vidas y bienes y cerco económico financiero: la invasión de Playa Girón, la Crisis de Octubre y otros actos de guerra y terrorismo; secuestros de aviones, de barcos… que siempre fueron severa y ejemplarmente castigados. “Ustedes saben que nosotros en media hora tenemos 300.000 hombres sobre las armas, lo demás es secreto de Estado, ustedes están acostumbrados a invadir países hermanos y llevar su guerra sucia a otros lados, pero esta vez será imposible que ustedes eviten que nuestros aviones bombardeen dentro de su territorio”  Palabras más palabras menos le contestó el Comandante Fidel Castro al imperio a raíz del asesinato de un Guarda Frontera desde la usurpada Base de Guantánamo. El imperio tuvo que hacer una nota de desagravio al gobierno de Cuba y la promesa que no volvería a suceder. Gracias a esa, y otras, firmes decisiones con su líder al frente, el pueblo cubano ha mantenido la independencia y respeto a su soberanía por 56 años y los que faltan.
Si bien puede ser cierto que el imperio no usaría por su cercanía sino armas convencionales en contra de Cuba en caso de una guerra, creo que también es cierto que contra nosotros están como obligados en caso de guerra a usar armas convencionales y no armas nucleares, por el temor de perder el petróleo que es lo único que les interesa y ambicionan de Venezuela. ¿Por eso su bomba “mata gente”?. Pero con la cohesión y fortaleza de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la estratégica unión Cívico-Militar deberíamos respetar y hacer respetar nuestra soberanía, tomar nuestras previsiones también en la faja petrolífera y no dejarnos chantajear con imposiciones de sanciones de amenazas y hechos de guerra e invasión.
Actualmente en nuestro país estamos desarrollando un proceso que por pacífico y electoral es similar al proceso chileno, solo que nuestro líder tuvo el acierto, quizás pensando en la experiencia chilena y como convenientemente lo había prometido, para después de su triunfo, convocar a una constituyente para elaborar una Constitución adecuada a los nuevos tiempo que terminó siendo, sino la mejor, una de las mejores y más democrática del mundo permitiendo al pueblo y gobierno ejercer su soberanía, que además, es la mejor arma de defensa contra cualquier intento de desestabilización o de intervención en nuestro país. Gracias a ella y a la estratégica unión cívico militar, hemos vencido huelga generales, Golpe de Estado, golpe petrolero, guarimbas, infiltración de para-militares, golpe suave, nuevamente guarimbas y finalmente la tan nefasta guerra económica con las terribles consecuencias que todos sabemos. Solo el pueblo venezolano sabe los momentos de dificultad, angustia y terror que le ha tocado vivir y que aún continúa viviendo en estos largos 16 años. Nuestro líder, el Comandante-Supremo Hugo Chávez Frías, aun con errores por ser demasiado humanista, supo manejarse en el ámbito de esta nueva Constitución, pero el nuevo gobierno, los hijos de Chávez, pareciera que no aprendieron bien la lección y anda con incertidumbre dando peligrosos tumbos ante un enemigo que si sabe muy bien y no tiene la menor duda de lo que tiene que hacer. Así como Chávez se la jugaba con el pueblo, Maduro debería saber que el pueblo se la juega y confía en  el hijo de Chávez. De nada sirve hablar de la experiencia chilena, si no sacamos nosotros la lección para actuar en consecuencia. Lo dijo en su celo patriótico, nuestro Libertador Simón Bolívar (y Chávez también hizo mención de ello) en su Manifiesto de Cartagena a raíz de la pérdida de la Primera República: “Al abrigo de esta piadosa doctrina, a cada conspiración sucedía un perdón, y a cada perdón sucedía otra conspiración que se volvía a perdonar; porque los gobiernos liberales deben distinguirse por la clemencia. Clemencia criminal que contribuyó más que nada, a derribar la máquina que todavía no habíamos enteramente concluido”. Sin ser pesimista, más bien objetivo, ¿será este también el final de la V República? La única razón que entiende el enemigo, no son los discursos, es la firme decisión de independencia con justicia revolucionaria, sin impunidad, de un pueblo unido a su líder en binomio con su gloriosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana en defensa de su soberanía.


Alcides La Rosa       (Aka)       Tumuzza             tumuzza@gmail.com alcideslarosa.blogspot.com